En casa, convertir un simple café en una experiencia con sabor a avellanas es más fácil de lo que parece. Si te gusta el aroma cálido de las avellanas tostadas y la suavidad de un café con leche, esta guía te lleva paso a paso para lograr un café con leche con sabor a avellanas que suena y sabe como en tu cafetería favorita. Sí, puedes repetir palabras clave una y otra vez sin perder naturalidad: café con leche con sabor a avellanas, sabor a avellanas, avellanas tostadas. ¿Listo para despertar tu paladar y tu creatividad?

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¿Qué es el café con leche con sabor a avellanas?
El café con leche con sabor a avellanas es una bebida que combina la intensidad de un espresso o café corto con la cremosidad de la leche y el perfume inconfundible de las avellanas. Es un equilibrio entre la amargura del café y la dulzura suave de la avellana, con una textura sedosa que invita a beberlo despacio. Si alguna vez te has preguntado “¿cómo hacer un café con leche con sabor a avellanas en casa?”, la respuesta está en darle protagonismo al sabor de la avellana sin saturar el paladar.
- El elemento clave: un toque de sabor a avellanas que no opaque el café sino que lo complemente.
- El segundo elemento: la leche, que aporta cremosidad y sirve de vehículo para el aroma.
- El tercer elemento: la técnica, porque una buena taza depende tanto del grano como de la espuma.
La idea central es que cada sorbo evoque ese recuerdo de una taza tostada, crujiente por fuera y suave por dentro, en la que la nota de avellana está presente, pero no grita a cada trago. ¿Te suena a confort en una taza? Eso es exactamente lo que buscamos con el café con leche con sabor a avellanas.
Cita para inspirarte: “El aroma de las avellanas puede convertir un café simple en un ritual.” (Fuente: tradición barista)
Ingredientes imprescindibles
Para que el café con leche con sabor a avellanas cumpla, necesitas trabajar con ingredientes de calidad y sabores que se integren sin sobresalir en exceso.
Café
- 18–22 g de café molido para espresso o un equivalente en una preparación de cafetera moka. Si prefieres un café más ligero, puedes usar un espresso más corto, pero recuerda que el objetivo es que el sabor a avellanas brille sin verse eclipsado por el amargor.
Leche
- Leche entera para máxima cremosidad, o leche vegetal enriquecida si buscas una versión no láctea. En cualquier caso, busca una leche que espume bien y que tenga suficiente cuerpo para sostener la espuma sin desvanecerse rápido.
Sabor a avellanas
- Jarabe de avellana o sirope de avellana: la opción más sencilla para un sabor constante.
- Esencia o extracto de avellana: usa solo 1–2 gotas para evitar que eclipse el café.
- Avellanas tostadas picadas finamente: para quienes buscan un sabor natural más intenso y un toque crujiente.
Repite la idea clave: el sabor a avellanas debe estar presente, pero equilibrado. No quieres un golpe de avellana que opaque el café con leche con sabor a avellanas; quieres un abrazo de avellana que complemente cada sorbo.

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Equipamiento y técnica
La técnica y el equipo determinan gran parte del resultado del café con leche con sabor a avellanas. Aquí tienes lo mínimo y lo óptimo para que salga perfecto.
Métodos de extracción del café
- Espresso tradicional con máquina de espresso: ideal para un café con leche con sabor a avellanas gracias a la crema y la intensidad.
- Cafetera moka (ostensiblemente más asequible): una excelente opción para un sabor concentrado y, si la molida está bien ajustada, obtendrás un buen resultado.
- Aeropress (para quien busca claridad y una nota más limpia): perfecto si quieres un café con leche con sabor a avellanas con brillo.
Textura de la leche
- Sauna de vapor: si tienes una máquina con varita de vapor, conviene microfoam suave para que la leche envuelva el espresso sin dejar grumos.
- Calentar y batir manualmente: si no tienes vapor, puedes calentar la leche y batir con un espumador o un frasco de vidrio.
- Consejos de textura: busca una espuma lisa, sin burbujas grandes; cuando toques la superficie, debe sentirse sedosa y estable.
Tip clave: la leche debe “envolver” al espresso como un manto suave que conserva la temperatura y la crema. Este es el truco para que tu café con leche con sabor a avellanas tenga cuerpo y no se seque en la garganta.
Paso a paso: receta detallada
A continuación tienes una secuencia clara para lograr un café con leche con sabor a avellanas en casa, con instrucciones que puedes adaptar a tu equipo.
Preparar el café
- Muele los granos justo antes de empezar, buscando una molienda adecuada para espresso o tu método preferido.
- Prepara 18–22 g de café en el portafiltro y realiza una extracción de 25–30 segundos para obtener entre 36–40 ml de espresso si usas un espresso tradicional. Si usas una moka, la concentración debe ser intensa.
- Si usas jarabe de avellana, añade la cantidad indicada en el envase (suele ser 10–15 ml para un sabor suave a avellana). Si prefieres evitar el jarabe, añade 1–2 gotas de esencia de avellana o espolvorea finamente una pizca de avellanas tostadas molidas.
Preparar la leche
- Calienta la leche a unos 60–65°C sin que llegue a hervir. Si usas una máquina, acciona el vaporizador hasta conseguir microfoam suave.
- Si no tienes vaporizador, bate la leche enérgicamente con un espumador o en un frasco hermético con tapa, agitándolo hasta lograr la textura cremosa y con microburbujas pequeñas.
- Vierte la leche en la taza con el espresso, manteniendo una relación de crema a leche que permita un acabado limpio.
Mezclar y servir
- Vierte la leche con cuidado para crear una corona de espuma encima del espresso.
- Añade el aroma de avellana: si usaste jarabe, ya está; si usaste esencia, añade 1–2 gotas desde el borde de la taza para dispersar el sabor uniformemente.
- Opcional: espolvorea ligeramente con avellanas picadas o una pizca de cacao para un toque visual y extra aroma.
Consejo práctico: evita llenar la taza demasiado para que la espuma tenga espacio para elevarse. El objetivo es un café con leche con sabor a avellanas equilibrado, no pesado.

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Variantes y consejos
El café con leche con sabor a avellanas admite variaciones para distintos gustos y necesidades dietéticas, manteniendo siempre el foco en ese sabor a avellanas que define la bebida.
- Versión vegetal cremosa: prepara el latte con leche de avena o soja y añade el mismo jarabe o esencia de avellana. El resultado seguirá siendo un café con leche con sabor a avellanas, pero con una textura diferente.
- Intensidad extra: añade un poco más de jarabe de avellana o incrementa la cantidad de esencia en 0,5–1 gota extra, cuidando no saturar el perfil aromático.
- Toque crujiente: añade una pizca de avellanas tostadas picadas justo encima de la espuma para reforzar la experiencia sensorial (textura + aroma).
- Chocolate opcional: un toque de chocolate amargo rallado o una fina línea de sirope de chocolate en el borde de la taza puede realzar el contraste entre el café y la avellana.
¿Sabes qué diferencial tiene una buena receta de café con leche con sabor a avellanas? La coherencia entre el sabor de la avellana y la cremosidad de la leche, que juntos crean una experiencia suave y memorable a cada sorbo.
Preguntas para reflexionar
- ¿Qué nivel de dulzura prefieres en tu café con leche con sabor a avellanas: suave, medio o intenso?
- ¿Qué método de extracción te da mejor resultado para resaltar el sabor a avellanas sin que el amargor del café opaque la nota de avellana?
- ¿Cómo influye la elección de la leche (entera vs. vegetal) en la sensación cremosidad y en la percepción del sabor a avellanas?
- ¿Qué textura de espuma te ofrece la mejor experiencia sensorial: microfoam fino o una espuma más densa?
Responder a estas preguntas te ayuda a ajustar la receta para lograr un café con leche con sabor a avellanas que se adapta a tu gusto personal y a tu equipo.
Citas importantes y notas de sabor
“Cada sorbo debe invitar a sonreír; el aroma a avellana debe existir como una promesa, no como una obligación.”
– Barista aficionado que encontró su equilibrio
Otra idea inspiradora: “La cocina del café es una ciencia y un arte; cuando el sabor a avellanas se une a la leche, nace una experiencia que invita a la pausa.” Mantener estas ideas en mente te ayuda a buscar el mejor punto entre la intensidad del espresso, la cremosidad de la leche y la nota de avellana.
Consejos finales para perfeccionar tu café con leche con sabor a avellanas
- Calidad de los ingredientes: invierte en un buen café para espresso y un jarabe de avellana de buena calidad; la base hace la diferencia.
- Equilibrio de sabores: empieza con poco sabor a avellanas y ve aumentando poco a poco. No quieras que la avellana opaque el café con leche con sabor a avellanas; busca armonía.
- Temperatura adecuada: sirve a una temperatura confortable para beber de inmediato, alrededor de 60–65°C para evitar quemar la lengua.
- Presentación: una taza bonita y una espuma suave elevan la experiencia de cada sorbo.
Si ya tienes una rutina de café en casa, este enfoque para hacer un café con leche con sabor a avellanas puede convertirse en tu ritual favorito. La clave está en la paciencia en la preparación y en la claridad del aroma: avellanas tostadas, miel de leche, y el café como eje central.
Conclusión
El mejor café con leche con sabor a avellanas en casa es aquel que logra un equilibrio entre la intensidad del espresso, la cremosidad de la leche y la presencia aromática de las avellanas. Con el método adecuado, los ingredientes bien dosificados y un toque de creatividad, cada taza se transforma en una experiencia que invita a detenerse, respirar y disfrutar. Si te preguntas cómo hacer un café con leche con sabor a avellanas en casa, la respuesta está en combinar técnicas simples con un sabor a avellanas bien dosificado y una leche que abrace el café. Disfruta de tu ritual, celebra cada sorbo y comparte este placer con quienes te rodean. En casa, el café con leche con sabor a avellanas no es solo una bebida: es una pequeña felicidad diaria.
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