¿Alguna vez te has preguntado cuál es la diferencia real entre un flat white, un latte y un capuchino? Si eres amante del café, seguro que has escuchado estas tres palabras y, quizá, te has sentido perdido al leer recetas o menús. En este artículo vamos a explicar, de forma clara y práctica, las diferencias entre Flat White, Latte y Capuchino: diferencias explicadas. Te lo presentaré con ejemplos, consejos de barista y un toque de sabor local para que puedas reconocer cada bebida a simple vista y, si quieres, replicarlas en casa con resultados cercanos a los de una cafetería.

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Flat White vs Latte vs Capuchino: diferencias explicadas
Para empezar, conviene fijar la idea central: estas tres bebidas son espresso con leche, pero varían en proporciones, textura de la leche y tamaño de la bebida. La clave está en la composición y en el resultado sensorial: cuerpo, dulzor y la famosa capa de espuma. Si quieres, repite conmigo: flat white, latte y capuchino, tres nombres para tres experiencias distintas. Ahora sí, vamos a desglosarlas una por una.
¿Qué es cada uno? – Características esenciales
– Flat White: el clásico de Australia y Nueva Zelanda. Se sirve en una taza pequeña (aproximadamente 150–180 ml) y se caracteriza por una microespuma muy fina y sedosa. En el flat white, la relación espresso-leche es más alta que en un latte y la leche está texturizada en microfoam, con un acabado aterciopelado que parece abrazar al café. El resultado es un sabor concentrado, con un toque de dulzura natural de la leche, sin dominar el espresso. Si te preguntas “¿cuál es la diferencia entre flat white y latte?”, la respuesta rápida es: tamaño y textura de la espuma, más leche condensada en el latte, menos microfoam en el flat white.
– Latte: un gigante amable. El latte, o caffè latte, nace en Italia y llega en versión más suave y cremosa. Se sirve en tazas grandes o vasos de 240–350 ml. La proporción típica es de aproximadamente 1/4 espresso y 3/4 leche con una capa de espuma fina. En el latte se busca esa armonía entre el espresso y la leche, de modo que el sabor del café no se sienta tan intenso al principio, sino que va emergiendo con cada sorbo. Si te gusta el latte art, este es tu escenario: la capa de espuma, aunque suave, se comporta como una liena para crear diseños hermosos.
– Capuchino: el dinámico de tres capas. El capuchino clásico se prepara con partes iguales de espresso, leche caliente y espuma de leche, resultando en una bebida de aproximadamente 150 ml. En la práctica, muchos bares tienden a jugar con la espuma: más espuma crea un capuchino “seco” o más aireado; menos espuma da un capuchino “húmedo” y más parecido a un latte corto. Lo que no cambia es la respiración entre el espresso y la espuma: la espuma ocupa una parte notable y aporta ese carácter ligero y aireado que caracteriza a la bebida.
¿Y cómo se preparan? – Métodos y técnica
– Espresso: para las tres bebidas, el punto de partida es un buen espresso. Un espresso bien extraído saca notas de cacao, frutos rojos o caramelo, dependiendo del origen del grano. La extracción suele durar entre 25 y 30 segundos, pero lo importante es un espresso con cuerpo, sin amargor excesivo.
– Leche y microespuma: aquí está el truco. Para el flat white, se usa leche texturizada en microfoam, con burbujas muy pequeñas que quedan casi invisibles. La leche debe estar lisa, con un brillo sedoso y sin capas de crema. Para el latte, la leche se emulsiona para crear una espuma más ligera y amplia, manteniendo esa sensación de crema suave. En el capuchino, la espuma es más abundante y aireada, lo que aporta esa espuma densa y esponjosa que define el estilo.
– Proporciones y servicio: el flat white se sirve en una taza pequeña para concentrar la experiencia de café y leche; el latte en una taza grande para permitir la leche cremosa; el capuchino en una taza media, resaltando esa banda de espuma. ¿Qué hay detrás del tamaño? El tamaño ayuda a equilibrar la intensidad del espresso con la cantidad de leche y espuma, de modo que cada sorbo tenga el balance adecuado de sabor y textura.
Textura, sabor y presentación – ¿Qué se nota en cada sorbo?
– Flat White: boca cerrada y aterciopelada. Es un café con leche en el que el sabor del espresso se mantiene al frente, sin esconderse bajo una gran capa de espuma. Sabor centrado, notas tostadas y un ligerísimo dulzor de la leche. La espuma, al ser microfoam, aporta cuerpo sin gritar.
– Latte: suave y suave. El sabor del espresso se curva ante la leche, con una dulzura suave y un cuerpo cremoso. Es ideal si buscas una experiencia más “redonda” y menos intensa que el flat white. En términos de aroma, el latte puede presentar notas de vainilla o caramelo, dependiendo del grano, pero siempre con la leche como aliado.
– Capuchino: café con espuma por encima y una sensación más “levísima” en la boca gracias a esa espuma generosa. El capuchino tiende a resaltar notas de café y chocolate, con un contrapunto de espuma que refresca el paladar. En una degustación, resaltará el contraste entre el espresso y la espuma, especialmente si la espuma es más seca.

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¿Qué elegir para cada ocasión?
– ¿Buscas algo con identidad de barista y presencia de aroma? El flat white puede ser la opción adecuada. Su microfoam y su concentración de café lo hacen perfecto para quien quiere saborear el carácter del espresso sin distracciones.
– ¿Prefieres una bebida reconfortante, con más leche y una textura cremosa para mañanas o tardes largas? El latte es tu aliado. Esa proporción leche-espresso ofrece dulzor suave y una experiencia extensa de sorbos.
– ¿Tienes ganas de algo con chispa, espuma abundante y un toque de teatralidad? El capuchino es la elección correcta. Su espuma protagonista y su balance entre leche y espuma crean una experiencia dinámica y reconocible.
– ¿Estás pensando en la casa? Consejos prácticos: para un flat white, prueba una alta extracción de espresso y usa leche entera para un microfoam estable. Para latte, busca una leche ligeramente más caliente y escenas de microfoam suave. Para capuchino, utiliza una espuma más ligera para que la espuma sea la protagonista sin eclipsar al espresso.
Preguntas frecuentes – respuestas rápidas
¿Flat White y Latte son lo mismo? No. El flat white tiene microespuma y un tamaño menor, mientras que el latte es más grande y con espuma más ligera.
¿Capuchino tiene más espuma que latte? En general, sí, la espuma del capuchino es más abundante y puede ser más aireada.
¿Se puede hacer en casa un flat white? Sí. Requiere un buen espresso y una leche texturizada en microfoam, lo que se logra con unasteam wand adecuada o con una máquina de espresso casera competente.
¿Qué grano para cada bebida? Granos con perfil de chocolate o frutos secos funcionan bien en flat white, mientras que un espresso con notas dulces puede complementar el latte. Para capuchino, busca un espresso que tenga cuerpo y notas bien definidas para contrastar con la espuma.
Citas y comentarios de baristas
«El secreto está en la microespuma; si el microfoam es perfecto, el flat white canta.»
«La leche crea la poesía de un latte: suave, dulce y siempre lista para ser art.»
«Un capuchino bien hecho es un baile entre espresso y espuma; cada sorbo tiene un gesto distinto.»
Recetas rápidas para casa (con enfoque en repetir palabras clave)
– Flat White en casa: prepara un espresso fuerte y brillante. Calienta y texturiza la leche hasta obtener microfoam fino y estable. Vierte la leche con cuidado para crear un cuerpo compacto que mantenga la crema del espresso. Sirve en una taza de 150–180 ml para que la proporción se mantenga fiel al flat white.
– Latte en casa: prepara un espresso suave y añade leche caliente y espumada para lograr una bebida amplia y cremosa. La leche debe recubrir el espresso con una capa de espuma suave, ideal para dibujar latte art sencillo.
– Capuchino en casa: carga la espuma de leche más alta para lograr una capa de espuma generosa. Combínala con un espresso y mantén la bebida alrededor de 150 ml para resaltar la proporción entre espuma y café.

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Conclusión
Conocer las diferencias entre Flat White, Latte y Capuchino mejora tu experiencia en la cafetería y te da la posibilidad de elegir con conocimiento. El flat white se distingue por su microespuma sedosa y su perfil de café más concentrado; el latte brilla por su balance entre leche y espresso, con una crema suave y amplia; el capuchino mantiene la chispa del espresso rodeada de espuma generosa, para quien disfruta de una bebida más dinámica y con carácter. En resumen, cada bebida tiene su personalidad: el flat white ofrece intensidad en un bocado, el latte da confort y textura, y el capuchino invita a un momento de juego entre espuma y sabor. Si cada sorbo es una historia, estas tres historias se entrelazan para satisfacer diferentes antojos de café y leche, con la firma inconfundible de tu barista favorito en cada taza. Así que la próxima vez que te encuentres ante la vitrina, piensa en la experiencia que buscas y elige entre Flat White, Latte o Capuchino: diferencias explicadas, y disfruta con una sonrisa.
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